La forma originaria del punk era una forma expresionista de transgresión, buscando liberarse de los corsés estéticos y de la opresión, de la autoridad y en no estar de acuerdo en la sociedad convencional, así como de los estigmas sociales. El punk original no daba explicaciones y buscaba incomodar a lo establecido chocando, ofendiendo y molestando, siendo siempre lo "políticamente incorrecto" y lo opuesto al buen gusto, la moral y la tradición. En un primer momento era básicamente una serie de actitudes de transgresión estética y musical (en la vestimenta, el peinado, etc.), aparejadas a una serie de comportamientos de disconformidad cotidiana, que se fueron acentuando.
Más adelante, especialmente con la aparición del hardcore punk, las demostraciones negligentes o autodestructivas fueron perdiendo protagonismo, y se hizo presente todo un abanico de enfoques con intenciones más conscientes, con énfasis en la crítica social y cultural, y posicionamientos políticos, asociacionismos y afinidad a campañas de protesta.